martes, 11 de septiembre de 2012

Hipodamo de Mileto



El Templo de Zeus en Olimpia, del arquitecto Libón de Elis, autor del canon clásico, del arquetipo del templo dórico en el que está resumida y revisada toda la experiencia anterior, gracias a este templo hexástilo y períptero de proporciones perfectamente pensadas y observadas, uno de los primeros en observar la definición de la perístasis de 6 x 13 columnas como norma fija y que la de la planta no estaba determinada por el perfil del basamento y de los muros de la cella, sino por la cohesión interna de las partes, realzada y perfeccionada con correcciones ópticas..


Durante la época arcaica las ciudades crecían libremente sin planificación ni orden. Sólo las acrópolis (como fortalezas ), los santuarios (en lugares de culto anterior) y una plaza más o menos grande para debatir los asuntos públicos y establecer el mercado constituyen los centros neurálgicos. Las murallas constituirán el otro símbolo de definición respeto del espacio circundante y de la propia independencia.

El urbanismo inicia su expansión a causa del fenómeno llamado sinecismo: diversos pueblos de una región se reúnen alrededor de un núcleo importante colocado en el centro y dominado por un monte que les sirve de defensa. Tal parece que fue el origen de Atenas alrededor de la acrópolis.

Durante la época clásica asistimos a un fenómeno de regularización. La colonización y las destrucciones de las guerras exigen en muchos lugares la construcción rápida de barrios y hasta de nuevas ciudades. La democratización progresiva lleva a una distribución más equitativa de los solares. Especialmente en las colonias corresponden las mismas parcelas de terreno a las empresas colectivas de la fundación de la ciudad que a la clase social homogénea de las generaciones de los fundadores. Esto propiciará métodos más racionales de planificación.

El modelo más conocido es el hipodámico, llamado así por la planificación del arquitecto Hipódamo en Mileto. Los puertos comercial y militar quedan bien comunicados por dos vías amplias y el resto del terreno se estructura en forma de tablero dejando la acrópolis a la espalda. Los edificios públicos se adaptan al terreno.
La red viaria está convenientemente diferenciada según sus funciones: la anchura de las calles de tránsito, vías de acceso y callejuelas de servicio está en armonía con las distintas densidades de tráfico.

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